Fotos de mi boda, en Diciembre de 1967
Anécdotas y trabajos creativos
Es un lugar donde pienso compartir con mis allegados anécdotas antiguas de familia y de amigos, además de darles a conocer mis labores creadoras que realizo con mucho amor. Por el momento ese es mi proyecto.
La Habana, mi linda Habana
viernes, 30 de agosto de 2013
Buscando en el baúl de los recuerdos
En el Restaurante 1830 el día que cumplí 14 años |
Sentadas: Fefita, Mayra, yo, Deita e Ivonne y de pie: Yara, Matilde, Gloria, Tere, Mª Antonia y Letty |
Mis 14 años |
Entrando a bailar el vals en mi fiesta de 15 años con mi padre |
jueves, 1 de agosto de 2013
Un equívoco tragicómico
Hoy quería escribir acerca de un
equívoco que vivimos con mi madre hace muchos años. Como les he contado, ella
era alegre y simpática, pero hubo un período de su vida, que se enfermó de los
nervios debido a que empezó a darse cuenta que no veía bien por tener cataratas
en un ojo. Fijó la idea de que se iba a quedar sorda y ciega y que era un
castigo de Dios. Vaya usted a saber las cosas de la mente humana.
Cuando esto empezaba, pues constantemente,
ella cerraba el ojo por el que veía a ver cuánto había progresado la catarata. Al
llevarla al oftalmólogo, éste me explicó que tenía una catarata incipiente, que
todavía no era necesario operar. Que era mejor esperar, pues como no había los
adelantos que hay hoy en día, tendría que tapar el ojo sano, porque sino vería
doble con un ojo operado y el otro con visión normal. Yo lo entendí
perfectamente, pero ella no, y cada día se ponía más preocupada, y
constantemente estaba haciendo la prueba de cuanto había avanzado su ceguera,
como ella decía.
Un día, parada en la puerta de la
calle, mirando a lo lejos, hizo la prueba, a ver si aún veía a lo lejos, y
luego se sentó en el portal, como ella acostumbraba.
En nuestro pueblo vivía un señor,
al que le gustaba un poco beber, no digo que fuera borracho, pero si que
empinaba el codo a cada rato y dio la casualidad que estaba pasando por frente
a mi casa cuando mi madre hizo su famosa prueba de visión. Parece que pensó,
que ella le estaba guiñando el ojo a él, pues comenzó a pasearse por la calle,
arriba y abajo, sin parar, como un adolescente enamorado.
Yo, que estaba adentro de la
casa, haciendo las cosas pendientes, veo a mi madre entrar, toda alarmada, que
me dice:
- Oye, mira hija, yo creo que
este señor se ha equivocado, pues no para de pasarme por delante, ya ha pasado
como cuatro veces.
Y pues si señor, claro, como no iba a pasar, si ella le
guiñó el ojo varias veces, jajajajaja.
Todo quedó ahí, pues nuestro vecino que era simpatiquísimo,
empezó a bromear con ella y como era amigo del galán paseante, lo llamó y le
explicó lo que pasaba.
Siempre bromeábamos
con mi madre, y él le decía, a ver, no se haga la bobita, que usted le estaba
sacando fiesta, jajajajaja.
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jueves, 18 de julio de 2013
UNA VISITA AL DENTISTA
Hoy sentada en la sala de espera
del médico, desde las 7 de la mañana hasta las 12, en ayunas y esperando que me
atendieran, vinieron muchos recuerdos a mi cabeza. Entre ellos, uno que me hizo
esbozar una sonrisa. Por eso se los voy a contar.
Cuando mi hijo era pequeño, en la
edad en que todos los niños cambian los dientes, a él no se le aflojaba
ninguno, hasta que un día asombrada vi que le habían brotado dos dientes casi
en el frenillo de la lengua. Enseguida fui al dentista para que viera aquello y
ver como lo arreglábamos. En esa época en Cuba había una maravillosa atención
tanto médica como estomatológica, así que enseguida mi niño fue remitido al ortodoncista. Al hacerle una placa comprobaron que los dientes de leche tenían
una raíz muy grande lo que hacía que no se aflojaran con el empuje de los
dientes permanentes.
Enseguida ordenaron que se le extrajeran
los dientes de adelante, y los que habían salido fuera de lugar ocuparon su
lugar. Como es de esperar, el ortodoncista lo siguió atendiendo y poco a poco
me daba la orden para que fuera a sacarle las piezas, primero los dientes,
luego los colmillos y las muelas. Y así siempre lo hice. Quiero decirles que
por esta atención tan esmerada, mi hijo cuando estaba optando a una carrera
universitaria y le hicieron exámenes físicos y psíquicos le dijeron que podía
ser hasta cosmonauta si quería, por sus condiciones, pues tenía una dentadura
perfecta. A los 18 años nunca había tenido una caries y tenía todas las piezas
correctamente alineadas.
Bueno, ahora les cuento lo que me
pasó en una de esas visitas para irle extrayendo las piezas de leche. Resulta
que un día llego al gabinete dental y había dos doctoras hablando animadamente
en la consulta y nadie esperando afuera. Así que toqué en la puerta y les dije
que venía con el niño a que le sacaran una pieza por orden de la ortodoncista. Como algo automático apoyando mi explicación, señalé una muela en la boca, sin
darme cuenta.
Bueno, las dos doctoras que
estaban animadísimas, porque no tenían casi trabajo, y en la tienda habían
sacado unos zapatos de lo más lindos, no hacían más que comentar y hacer planes a ver si se los podían comprar,
si les tocaba por la libreta de abastecimiento.
Al rato me dijeron que pasara,
sentaron a mi hijo y en un santiamén le sacaron la muelita , que por suerte era
de leche, porque ni miraron la historia clínica, y lo que hicieron en su
animada charla fue sacarle la que yo insconcientemente había señalado al
entrar, que no era la misma que había mandado a sacar la ortodoncista. Cuando
aquella chica miró la historia clínica y vio lo que había hecho, se quedó
blanca, y me pidió disculpas para luego decirme que por qué yo le había
señalado esa muela, como si yo fuera la que tuviera la culpa de su falta de
responsabilidad. Ya digo que por suerte era de leche, y que le iba a salir otra
detrás, sino, ya saben, se quedaba sin muela para toda la vida.
Verdad que parece imposible que
estas cosas pasen, y más en un sitio y en una época en que la atención médica
era de 10 en Cuba, pero pueden creerme que la historia es totalmente cierta,
por increíble que parezca.
Ya saben el berrinche de la
ortodoncista cuando se enteró, y no sé si a la "fashion" doctora le habrán
llamado la atención. Yo por mi parte me cuidé muy bien de volver a señalar nada
cuando fuera al médico o al dentista, por si las moscas, jajajajaja.
Les dejo una foto de la Clínica
Estomatológica donde eso pasó, para que vean el deterioro a que ha llegado todo
en mi país. En la época de la historia que les hago era nueva, y totalmente dotada
con equipos modernos para aquella época. Ya en mis últimos tiempos en Cuba, y
los últimos tiempos de la clínica también, fui a que me arreglaran un empaste y
la maquinita como le decimos nosotros, que echaba un pequeño chorro de agua
para enfríar la pieza que estaba siendo fresada, ya tenía más de un chorro, el
otro iba directo a mis ojos, y salí de allí como si me hubiera caído un
aguacero.No se crean que exagero, pues así mismo era, si el que me lee es cubano, sabe que digo la absoluta
verdad.
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domingo, 7 de julio de 2013
Hola amigos
Bueno, después de 6 meses o más sin publicar nada en este blog, pienso comenzar de nuevo con las anécdotas y todo lo que se me ocurra. Como saben a veces la vida nos sorprende y da un cambio inesperado. No quiero extenderme en esto, pues las razones son personales, pero no quiero dejar estos blogs, que son un poquito de mí misma. En estos momentos por una situación personal y familiar, no puedo seguir haciendo mis fofuchos, los que han llenado una parte importante de mis creaciones, y los cuales me hicieron disfrutar mucho creándolos. Espero pronto volver a hacerlos pero en este receso quiero dedicarme a escribir un poco con todos los recuerdos que traigo almacenados en la mente, sólo tengo que ponerlos un poco en orden para hilvanar una historia que les pueda interesar. Pronto, en cuanto el gavetero cerebral quede ordenado comenzaré a escribir, ojalá que encuentre lectores que aguanten mis relatos y quieran compartir un poco conmigo, contándome cosas que quieran que yo relate. Hasta pronto mis amigos
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martes, 25 de diciembre de 2012
¡Feliz Navidad a todos!
Hace mucho que no escribo para este blog, no por falta de ganas sino de tiempo. Estoy muy ocupada "fofucheando", jajaja, me he enamorado de estos muñecos y no paro en la creación con goma EVA. Si quieren verlos los espero en mi otro blog http://arteyamor-rina.blogspot.com.es
Pero no quise dejar pasar esta fiesta sin desearles a todos una feliz Navidad, y que el año nuevo sea un poco mejor que éste que pronto finalizará, que nos traiga salud, paz, tranquilidad y amor.
Feliz Navidad a todos ustedes
Pero no quise dejar pasar esta fiesta sin desearles a todos una feliz Navidad, y que el año nuevo sea un poco mejor que éste que pronto finalizará, que nos traiga salud, paz, tranquilidad y amor.
Feliz Navidad a todos ustedes
martes, 22 de noviembre de 2011
JUANA LA LOCA, Y FELIPE EL HERMOSO
JUANA LA LOCA, Y FELIPE EL HERMOSO
Hoy les voy a contar una historia tragicómica, pero real que vivimos hace muchos años, y que por el peculiar sentido del humor de mi padre nos hizo trazar un paralelismo entre la historia de amor de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
Resulta que mis padres tuvieron un matrimonio amigo al que apreciaban sinceramente y que sentían como familia propia. Era un matrimonio ya no muy joven, que no habían podido tener hijos.
Un día, llegó la noticia de que ella estaba embarazada, ya con más de 40 años, y la sorpresa fue mayúscula porque en todos los años de matrimonio que llevaban, era ese su primer embarazo. Por la edad era un embarazo de riesgo pero ellos con su inmensa felicidad hicieron lo posible para que todo saliera bien. La canastilla fue algo divino, todo bordado, la cuna y el cochecito lo encargaron a España, bueno, cualquier mujer que sea madre sabe con que ilusión se prepara el ajuar para un bebé tan deseado, y más en la situación particular de nuestra amiga que se creía que no iba a tener hijos ya.
Todo salió muy bien, y nació un bebé precioso, rubio de ojos claros. Mis padres siguieron todo el embarazo y el parto con alegría e ilusión también, de ver la felicidad de sus amigos. Pero por esas cosas de la vida, aquel matrimonio que había durado tantos años tuvo sus primeros tropiezos.
Había una amiga de ella que los visitaba a menudo y mientras ella se dedicaba a atender a su bebé, él atendía a esa señora, bebían cerveza juntos y conversaban animadamente. La hija de la señora no salía de la casa, loca con el bebé, lo cuidaba y ayudaba en todo en la casa, pues era muy íntima la amistad, ya que eran vecinas cercanas. Esa chica y mi padre fueron los padrinos del bebé, y celebraron el bautizo con una gran fiesta.
Pero pasó algo que le llamó la atención a ella, ya que un día sorprendió a su marido bebiendo en la misma copa de su amiga y vecina, y aquello no le gustó. El caso fue que empezó a fallar la relación, y él que se había enamorado de la otra, pues decidió terminar el matrimonio enseguida. Son cosas que pasan en la vida, pero lo feo de lo que pasó fue precisamente que cuando llegó ese niño que tanto habían anhelado los dos, fue cuando su relación llegó a su fin.
Esto es una historia común hasta aquí, y le ha pasado a muchas personas, pero lo que la diferencia de las demás, es que ella se enfermó y se volvió loca, hubo que ingresarla en un psiquiátrico con su bebé pequeñito, y no se le quitaba de la cabeza la idea de que él iba a volver con ella. Recuerdo que un día antes de ser ingresada, fue de visita a mi casa y mi padre tratando de tranquilizarla, le aconsejó que por favor, que se calmara, que cuando llegara a la casa calladita se diera un baño y se acostara, que no lo molestara a él, que seguía viviendo en la casa pero separado de ella.
El caso fue que ella oyó el consejo pero no lo siguió, pues llegó a la casa y él se estaba bañando, entró al baño y le dijo que ella iba a hacer lo que le había aconsejado mi padre, y con la misma empezó a meterle patadas y patadas por sus partes hasta que lo dejó hecho un tirabuzón.
Imagínense ustedes que situación, él pensaba que eso era lo que mi padre le había dicho que hiciera y fue para mi casa rapidísimo y aquella amistad de tantos años se rompió para siempre, porque no quiso oír explicaciones. Fue una pena grande para todos, pues además de perder la amistad, ella cada vez empeoraba hasta que hubo que ingresarla y tenerla varios meses en el hospital, siempre pensando en recuperar a su esposo.
Con el tiempo y la ayuda de Dios se resignó, y crió a su hijo. Al final, la vida le dio la satisfacción de recibir un gran cariño de su hijo, el mismo que el padre nunca recibió. Y como les contaba siempre mi padre comparaba la historia con la de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
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