La Habana, mi linda Habana

La Habana, mi linda Habana

lunes, 11 de abril de 2011

MIS SUEÑOS HECHOS REALIDAD

Plaza del Mercado, Cracovia, Polonia.

Plaza WENCESLAO, Praga, República Checa.

Catedral de Colonia, Alemania.

Manneken Pis, Bruselas, Bélgica.

Puente de Carlos, Praga, República Checa.

A veces la vida nos depara sorpresas, que nunca pensamos que podrían ocurrir. Mi sueño de toda la vida, fue viajar, salir de mi isla y conocer el mundo, aprender de otros pueblos y conocer esos lugares hermosos que veía en los libros y de los que oía hablar a privilegiados que si podían viajar.
Mis padres hicieron sus pequeños viajes, fueron a Estados Unidos varias veces de vacaciones pero yo no fui con ellos, porque era pequeña y me dejaban con mi abuela paterna. Cuando ya tenía los 12 años pues prepararon un viaje a Canadá, y de vuelta conoceríamos la costa oeste de Estados Unidos, visitando California y Los Angeles. Mi padre tenía que ir a un congreso en Canadá y por eso planificó el viaje para ir los tres juntos. Iba a ser mi primer viaje al extranjero, bueno, el primero no, porque a los 3 años me llevaron de vacaciones a Miami, pero yo no guardo muchos recuerdos de ese viaje. Iba a ser el primero que podría disfrutar y del cual podría guardar bellos recuerdos, ya saben lo embullada que estaba y lo feliz que me sentía.
Pero digo “iba” porque no estaba de Dios que hiciera ese viaje, estando en la embajada de Estados Unidos para poner los papeles en regla y hacer los trámites pertinentes, se rompieron las relaciones diplomáticas de Cuba con Estados Unidos, y el gobierno prohibió la salida de la isla, dando como justificante que no podían hacer cambios de moneda para que los ciudadanos viajaran. A mi padre si lo autorizaban a ir al congreso en Canadá y le cambiaban el dinero para eso, pero mi madre y yo no podíamos ir. Ese fue el principio de una prohibición que se hizo permanente hasta nuestros días. Cualquier cubano que quiera viajar tiene que lograr una carta de invitación de un extranjero que atestigüe que él se hace cargo de todos los gastos del viajero cubano.
Como podrán imaginar, mi desilusión fue mayúscula, me quedé sin viaje, y por muchos años sin la posibilidad de poder ir ni siquiera al oriente de Cuba, por no haber facilidades de transporte ni tener medios económicos para hacer el viaje.
Como siempre he sido muy fantasiosa, cuando estudiaba idiomas, mientras caminaba a casa de mi profesora en el reparto Primero de Mayo, nombre que le dio la Revolución, porque era el Reparto La Arboleda cuando se creó, pues yo fantaseaba con que iba caminando por las calles de Londres o de Paris y me ponía a hablar en cualquiera de los dos idiomas. Por cierto siempre he tenido la costumbre de hablar sola, jejejejeje, todavía, hoy en día lo hago por la calle, y me doy cuenta cuando veo a alguien mirándome extrañado.
Muchos años después, entró en mi familia un ser pequeñito que me hizo muy feliz, mi hijo, y que siempre fue decidido y emprendedor, y gracias a él, he hecho realidad un sueño que para mí era imposible. El decidió emigrar por razones económicas, después de pasar bastante trabajo en nuestro país, me dijo un día que más nunca pasaríamos hambre, y que él se iba a abrirse camino en otro país con mejores oportunidades. Ahí empecé yo a viajar, a conocer mundo, y a darme cuenta de muchas cosas que no conocemos los cubanos presos en nuestra isla.
Primero, viajé a Chile, a visitar a mi hijo que vivió allá creo que 4 años, aquello me gustó mucho, vi un país del Tercer Mundo, con una calidad de vida bastante elevada, los mendigos que me choquearon un poco, estaban mejor nutridos que los viejos de mi país, pues siempre podían comer carne, cosa imposible en Cuba. Conocí el sur, estuve en el punto más al sur en tierras del continente, pasé una semana de ensueño en un hotelito en Frutillar, a la orilla del lago Llanquihue, subí a un cráter volcánico, y desde las alturas inmensas de la cordillera de Los Andes en el Portal de la Patagonia me quedé embobada, admirando esa grandiosa belleza y la maravillosa creación de Dios.
Mi segundo viaje fue a Islas Canarias, adonde mi hijo se había mudado. Vivió en Lanzarote un tiempo. Esta isla no es muy hermosa, sin embargo a mi me encantó, es toda volcánica, pero tiene como todo, lugares encantadores.
Así seguí mi periplo, que seguiré contando en otro artículo, porque este es muy grande.
En este viaje conocí Tenerife, pasé una semana allí maravillosa. Luego fuimos en una escapada sorpresa 4 días a Paris, y de vuelta nos pasamos 2 conociendo Madrid.
Más tarde, mi hijo concibió otros proyectos profesionales, que lo llevaron a mudarse de nuevo, esta vez para la península, a Asturias, donde vivo hoy en día. Desde aquí he viajado por Europa, en pequeñas escapadas que siempre él proyecta y me incluye, por lo que le estoy super agradecida, ya que está haciendo que el sueño de toda mi vida deje de ser un sueño, para ser realidad. En Europa he conocido Colonia, Bruselas, Luxemburgo, Cracovia y Praga y claro ya conocía Paris, una ciudad preciosa, llena de encanto.
No sigo escribiendo, pues ya es muy larga la publicación, en otra entrada les contaré de estos viajes. Hasta la próxima, amigos.

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