La Habana, mi linda Habana

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jueves, 8 de abril de 2010

Las Campa


Mi tía abuela Cosette

Hace ya días que no escribo ninguna anécdota pues he tenido problemillas de salud, pero ya me picó el gusanillo de querer escribir, y aquí me tienen.
Les voy a contar de Las Campa, mi familia en San Diego. El bisabuelo Campa, que no sé su nombre, se casó dos veces. Del primer matrimonio tuvo dos hijas, Petra y Carmelina Campa, y del segundo Peché y Cosette, mi abuela y tía abuela respectivamente.
Las cuatro hermanas eran bien llevadas y así pude conocer detalles de ellas, ya que mi madre tuvo muy buenas relaciones familiares con sus primas.
Carmelina según me cuentan, era muy guapa, pero también muy borde y amargada, por eso se ganó el sobrenombre de “jazmín de 5 hojas”. Al parecer esta planta es muy bella y tiene un perfume embriagador pero su aceite es muy ácido, así que no encontraron nada mejor para calificarla.
Petra, como le decían, pues tenía el “hermosísimo” nombre de Petronila, jajajaja, era una mujer bonachona, gruesa y muy simpática, muy diferente de su hermana.
Carmelina se casó y tuvo una hija que se llamaba Dulce, la prima que más quería mi madre y con la que se llevaba estupendamente. Petra que yo recuerde tuvo también una hija, cuyo nombre era Rina, así que yo soy tocaya de ella. Rina también era muy querida por mi madre, y era una mujer joven llena de alegría como Petra.
Bueno, contándoles de Petra, ella se casó con un jugador de beisbol que jugaba en las Grandes Ligas de Estados Unidos, y siempre estaba de viaje, mientras ella se quedaba con la hija en Cuba. Un día, me contaba mi madre que estaba de visita en su casa, y Petra entró al baño a asearse y se demoraba mucho lavándose sus partes íntimas. Rina su hija, entró al baño y le dijo, pero Mamá que es eso, acaba de salir ya. Y ella muy campante le contestó: Mira, hija, si no come que beba… Jajajaja. Cuento esto a modo de ejemplo de la forma de ser de Petra. Con los años, el marido regresó a Cuba, pues se le “cayó el brazo” como decían de los pitchers que no podían lanzar más.
Las otras dos hermanas, Peché y Cosette eran bien llevadas y vivían en la misma casa, sólo hubo una temporada en que se mudaron a casas contiguas, cuando Cosette se casó, y mi abuela Peché tenía a sus hijos pequeños.
Peché era una mujer culta, muy educada y muy hermosa, pero era más seria que Cosette. Enviudó muy joven, yo no conocí a mi abuelo Cué, que murió cuando mis padres no se habían casado todavía. Los tres hijos la adoraban, por ser ejemplo de madre, y el que vivía con ella era mi tío Gustavito. Vica vivía cerca y mi madre en La Habana a 300 kilómetros.
Cuando mi abuelo Gustavo enfermó de cáncer, como era médico y sabía que se acercaba el final, se mudó a una casa de huéspedes en La Habana, en la calle San Rafael, para tener al médico especialista siempre cerca. Mi abuela Peché lo visitaba todas las semanas, y los hijos iban también a menudo a verlo, entonces se hospedaban en casa de Carmelina que al casarse había ido a vivir a Rancho Boyeros, pues su esposo era de allá. Fue así como se conocieron mis padres. Según los cuentos, mi madre conoció a mi padre, pues él era muy amigo de Dulce su prima, ya que eran vecinos. Un día estaban sentadas mi madre y su prima en el correo de Boyeros y él pasó, y las saludó y le quitó un abanico que mi madre tenía en la mano, así empezó su cortejo, y empecé yo a tener esperanzas de venir al mundo.
Se hicieron novios, y mi abuelo tuvo la oportunidad de conocer a mi padre pero no pudo estar en la boda de ellos, pues el noviazgo duró 7 años, esperando a que él se graduara de médico.
Mi abuela Peché iba a pasarse largas temporadas a nuestra casa en Rancho Boyeros cuando ella se jubiló, a veces se pasaba 3 meses, y cuando ella partía, pues iba Cosette a pasarse otros tres meses, así siempre fue durante toda mi infancia. En las vacaciones iban a veces las dos con mi primo y se pasaban los 3 meses de vacaciones de la escuela en La Habana, disfrutábamos mucho, porque a mis padres les gustaba mucho pasear y todos paseábamos juntos. En estos paseos también participaba mi familia paterna, de la cual aún no he empezado a contar, y que será el tema de mis próximos relatos.